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Este artículo cubre el cuarto y quinto episodio publicado por la revista Animal House bajo el término "Venganza". Puede que estés buscando los episodios 4 o 5 publicados en la Young Animal). |
Las Venganzas 4 y 5 "Ángeles guardianes del deseo (3)" (欲望の守護天使③ Yokubō no Shugo Tenshi (3)?, tituladas "Ángel de la Guarda (3a parte)" en la traducción de Mangaline; "Guardianes de la Codicia (3)" en las traducciones de Daruma Serveis Lingüístics para las ediciones de España de Glénat, EDT y Panini y "El Ángel Guardián del Deseo (3)" en las traducciones de Panini México y Argentina) son las publicaciones 6 y 7 del manga Berserk y las cuarta y quinta conocidas por el término de "Venganza". Originalmente, fueron publicadas en dos partes en los números de diciembre de 1990 y enero de 1991 de la revista Animal House, pero fueron impresas como un único episodio en volúmenes. Forma parte de la saga El Espadachín Negro.
Argumento[]
Guts se infiltra al castillo del conde desde la ruta secreta que le indicó Vargas. Mientras tanto, el conde camina contento junto al temeroso Dahl, sus guardaespaldas y un vasallo que lleva una jaula en la que está recluido Puck. Este llora la muerte de Vargas y recuerda cuando este lo protegió, lamentándose por no poder hecho nada para salvarlo. Puck se pregunta qué será de él a partir de entonces, imaginándose como parte de un preparado culinario. El conde abre una puerta asegurada, revelándose la habitación de una muchacha de cabello negro, la cual se encuentra en su cama leyendo un libro.

Ella, Theresia, saluda a su padre, el conde, quien pregunta si sigue despierta. Puck se asombra ante este hecho. Theresia pregunta a su padre si ocurre algo siendo ya noche, expresando su padre que ha encontrado "algo interesante". La chica ve al elfo, preguntándose si es real. Mientras Puck la mira nervioso, esta parece verlo con indiferencia. Ante ello, el conde pregunta si le gustó, lo que la chica afirma y agradece. También, el conde le pregunta si se siente sola allí. Theresia no le responde con palabras, pero su expresión seria es notoria. El conde le pide que sea paciente, ya que no puede dejarla salir a "esa ciudad impura en la que acechan herejes". El conde intenta abrazarla mientras decía que es "la única", pero esta retrocede atemorizada. El conde se detiene confuso conteniendo su molestia. Viendo a su hija llorando y gritando, el conde -angustiado y triste- pregunta si aún no le permitirá tocarla. Theresia se muestra triste, mientras que su padre la comprende y le da las buenas noches. Cuando estaba por retirarse, Theresia lo llama para decirle algo, pero desiste de ello. Fuera de la habitación, Dahl intenta comunicarse con él, pero este -furioso- le exige que se vaya. Mientras se encontraba reflexionando desde las ventanas del pasillo, el conde repentinamente visualiza la ruta secreta, destruyendo parte de la baranda y riendo. El conde se entera entonces que Guts ya se encuentra dentro del castillo.
Subiendo las escaleras aún, Guts siente dolor en su estigma, topándose nuevamente con Zondark. Riendo, Guts le dice que es un "cabronazo terco". El alter-ego parásito del conde expresa que lo estaba esperando. El cuerpo de Zondark es aún más monstruoso, asemejándose más al parásito del conde, teniendo cuchillas en las puntas de sus brazos. Jocosamente, Guts le dice que tiene mejor cara que la última vez. El conde-parásito responde que se dejará de juegos y que esta vez no tendrá dónde huir, alzando sus brazos para destruir las escaleras. Molesto, Guts asaetea al monstruo, haciéndolo retroceder. Este intenta atacar de regreso a Guts, pero este lo esquiva y prosigue. Al ver que los disparos en la cabeza le hicieron gritar y lo derribaron, rápidamente Guts se acerca y toma su espada, tajando parte de su torso, cayendo este con su cabeza y brazo derecho. Guts sigue subiendo, pero recibe un potente corte del brazo del parásito, siendo derribado.

El alter ego del conde se burla del guerrero, afirmando que es inútil atacarlo, pues sin importar cuánto lo rebane a él y a su cuerpo poseído, se seguirá regenerando una y otra vez a menos que le destruya la cabeza. Justo cuando termina de hablar, Guts le taja instantáneamente parte de su cabeza. Este grita de dolor y Guts, burlándose, le agradece el consejo. Sin embargo, el trozo restante de su cabeza libera tentáculos y se aferra a la espada y manos de Guts, declarando que ahora poseerá su cuerpo. Guts se levanta y golpea la pared con su espada, destripando al parásito. Agonizando, el parásito declara a Guts que aún no se ha acabado y que lo espera arriba. Guts ríe, pero pierde el equilibrio por haber perdido mucha sangre. Aún así, sigue subiendo, diciéndose a sí mismo que no puede rendirse. Entonces, declara al conde mentalmente que ensartará su cabeza en su espada.
Mientras tanto, Theresia libera de su jaula a Puck, que, pensando que sería devorado, argumenta que los elfos no son buenos para su digestión y son altos en calorías. La chica asegura que no le hará daño, expresando comprender cómo se siente estar encerrado. Puck desconfía y sospecha que lo dice para que caiga y se lo pueda comer vivo. Algo molesta, Theresia comprende por qué no confía en ella, puesto que es la hija del conde. Puck se muestra más empático, diciendo Theresia que su padre ya no es el mismo desde la muerte de su madre hace siete años. Ambos se sientan cerca de la ventana, procediendo Theresia a narrar más o menos lo que su padre le contó de lo sucedido aquel día (ya que era muy niña como para recordar o saber nada). En aquellos días, había una extensa secta pagana que se oponía a su padre. Un día, ellos secuestraron a su madre y amenazaron con matarla si no se les permitía realizar el culto en su territorio. Como el conde no puede avalar eso sin el permiso del rey, claramente se rehusó. Entonces, los herejes la "sacrificaron" al dios maligno que adoraban (la imagen mental que se hace Theresia muestra a su madre desnuda y ensangrentada, con un hombre cargando su corazón y otro un cuchillo). Puck queda algo impactado por el relato y, tras un breve silencio, Theresia afirma que su padre era un gran gobernante y, aunque posiblemente fuera cruel, era por eso que pudo proteger sus tierras de enemigos vecinos. A su juicio, era respetado y amado por todos, incluso como padre. Algo abrumado, Puck se percata del retrato familiar que está colgado en su habitación. Llorando, Theresia comenta que su padre ha cambiado, raptando y matando herejes como si estuviese poseído, al punto que ahora no distingue si lo son o no, casi como si disfrutara lastimar a la gente. Puck se acerca a ella para consolarla, expresando esta que tiene miedo, sintiendo a veces como si su padre ya no fuera humano.
En los pasillos del castillo, dos guardias lanceros vigilan la entrada a unas escaleras. Un guardia comenta lo extrañamente tranquila que está la noche, sugiriendo el otro que noches como esa propician apariciones, respondiendo su compañero que no use tal broma en el castillo. Ambos se ponen alerta con la repentina llegada de Guts, quien ahora tiene su frente vendada. Antes de que pudieran actuar, Guts los asesina lanzándoles cuchillos en el entrecejo. Posteriormente, Guts sube las escaleras y llega al recinto interior frente al palacio del conde, donde se ve rodeado de docenas de guardias. Dahl lo confronta declarando que ya había previsto su llegada ya que sabían de su alianza con Vargas, pidiéndole que se rinda, ya que no se le dejará pasar. Guts le exige que se quite de su camino, lo que aterra al vasallo. Dahl clama que está loco si cree que podrá abatir cincuenta soldados él solo, urgiendo a sus ballesteros a atacar. Para su sorpresa, Guts bloquea todos los disparos con su espada.

Al instante, se acerca y mata una fila de ballesteros con un solo tajo de su espada. Uno de los cuerpos cae encima de Dahl, urgiendo este a los lanceros y espadachines a actuar, aunque estos no logran siquiera hacerle daño. Dahl no se puede creer que los esté masacrando, llamando en su desespero a Gerico, un corpulento y blindado guardia que lleva un mangual y escudo. Dahl exige a Gerico -a quien recuerda presumir ser más fuerte que Zondark- que demuestre su fuerza ahora mismo contra el Espadachín Negro. Gerico se abalanza entonces contra Guts, pero este rápidamente se defiende tajando su escudo, empujándolo contra un pilar por el impacto. Rápidamente, Guts destaza su torso, destruyendo incluso el pilar. Al ver esto, los guardias restantes empiezan a huir. Dahl, desesperado, reprocha su actuar, pero ninguno le obedece. Estando frente a la entrada del palacio del conde, Dahl se horroriza al tener frente suyo al temible guerrero.
Retomando a Theresia, esta se disculpa por haber llorado tanto, comentando que ha pasado mucho desde que habló con alguien. Puck anima a la chica, la cual le devuelve una sonrisa. Entonces, Theresia le pregunta su nombre y qué se siente al volar. Puck, no tan seguro, supone que es normal, tal como las aves e insectos. Aunque luego responde con más seguridad, suponiendo que es un poco más fácil que caminar, ya que la mitad de ello es subir con el viento. Theresia, algo conmocionada, comenta que es tan sólo algo común para los elfos. Puck observa las pertenencias de la chica (entre ellas un piano y muñecos), preguntándole si ha permanecido allí por todos esos años. Theresia responde que su padre no la deja salir de esa habitación, ya que cree que aún hay herejes merodeando por la ciudad y su padre no permitiría que nadie en ella se le acerque. Theresia concluye que ese es su mundo, y lo que está fuera de esa ventana es su cielo. Puck observa que su mirada es sobria, impropia de una niña. Justo entonces, Theresia se percata que algo está pasando fuera por la presencia de varios guardias. Ambos escuchan que un intruso irrumpió en el recinto interior, al cual instantáneamente Puck asume que es Guts. Puck anuncia a Theresia que se debe ir, ya que dicho intruso es un conocido suyo. Theresia exclama que no puede, ya que es muy peligroso. Puck afirma que será rápido y que no se preocupe por él, jactándose de ya haber pasado por experiencias como esa. La chica se niega rotundamente, aturdiendo al elfo. Al ver que se chocó contra el pilar, Theresia se disculpa y comprende que se preocupe por su amigo, aunque Puck responde que no es exactamente su amigo. Theresia abre la ventana, recordándole haberle dicho que sabía cómo se sentía estar encerrado, despidiéndose entonces Puck. La chica lo ve marcharse abrumada, volteando a llorar. No obstante, Puck toca la ventana y la sorprende prometiéndole que regresará por ella pronto y la sacará de allí. Nerviosa, Theresia reflexiona que ya había dejado de pensar en ello, con dejar su habitación y salir fuera. Mientras vuela, Puck se cuestiona si fue para vengarse de quienes le arrebataron a su amada que el conde adquirió poderes mágicos demoníacos y si invocó a la Mano de Dios para convertirse en demonio.
Retomando lo acontecido en el recinto interior, Guts patea a Dahl contra la puerta del palacio, abriéndola. Finalmente, los enemigos se encuentran cara a cara. El conde elogia a Guts por haber llegado tan lejos, retándole a que le demuestre lo lejos que puede llegar el poder humano. Dahl se apoya en un pilar tapándose la fractura en su nariz mientras Guts se aproxima al conde. Al pisar un escalón, Guts rápidamente entierra su espada a los tentáculos que emergen del mismo. El conde lo felicita por ello, liberando parte de su cuerpo monstruoso desde su entrepierna. El conde dice que probará sus habilidades y que ahora también deberá ponerse serio. Mientras tanto, Puck se encuentra desorientado, considerando que debió haber preguntado dónde se encontraban los aposentos del conde. Justo entonces se derrumba parte del castillo. Puck observa curioso, intentando pasar sigilosamente desde los escombros hasta que toca sin querer el cuerpo del conde, asustándose. El conde ahora se ha transformado por completo en un enorme monstruo babosa, amenazando a Guts con que lo aplastará. Al intentarlo, Guts le cercena su "brazo", pero este rápidamente se regenera. El conde le recuerda que es inútil cercenar sus miembros, ya que cuanto más lo haga su cuerpo se volverá más grande y fuerte, afirmando que no puede matarlo con una espada.

Theresia reúne el valor para dejar su habitación.
El techo de la habitación de Theresia se derrumba por el peso del apóstol, resguardándose esta debajo de su cama. Como parece haber terminado el derrumbe, Theresia se fija en que la puerta se ha abierto. Al asomarse, se aturde con la luz y se asusta, saliéndosele las lágrimas. Viendo que el derrumbe continúa, Theresia recuerda a Puck y se arma de valor para salir de su habitación.
El conde intenta atacar a Guts, pero solo logra destruir parte de su propio castillo. Preguntándose a dónde ha ido, el conde pregunta a Guts que qué pasó con su ímpetu, si acaso decidió huir al comprender que no puede ganarle. Por su lado, Dahl intenta huir, preguntándose qué está pasando, pero, al estar cerca de la puerta Guts se le aparece. El conde pregunta nuevamente a Guts por su paradero, avistando su capa detrás de un pilar. Puck le avisa, pero el conde sin dudarlo lo destruye. Para la sorpresa del conde, a quien mató fue a Dahl, a quien Guts utilizó de señuelo poniéndole su capa. Guts sale de otro pilar y rápidamente le cercena dos antenas izquierdas y le taja el rostro sobre su ojo izquierdo. Guts maldice al fijarse que sólo le hizo una leve herida, siendo golpeado por el conde. Al instante que se estrella contra un pilar, el conde lo vuelve a golpear, derribando a Guts y destruyendo el pilar.

El conde cuestiona la lucha por venganza de Guts, instándole a ponerle fin y aceptar su destino como sacrificio.
El conde reconoce la táctica de Guts, considerando que ciertamente su rápido ingenio demuestra que es un guerrero de alto nivel, pero al fin de cuentas es sólo técnica humana. El conde expresa que es irracional creer que lo puede derrotar, pues él está por encima de lo humano. Observando el estigma en su nuca, el conde expresa su incredulidad a haber sobrevivido pese a que fuera grabado en su carne. Preguntando si lo que busca es venganza, recalca que no puede derrotarlo porque es un simple mortal, apuntando a cómo apenas puede levantarse tras un ataque suyo. El conde expresa que no vale la pena ser acechado y poseído incesantemente por seres malignos y que no hay necesidad de continuar su guerra con dolor y miedo, considerando que es una lucha carente de sentido y debería ponerle fin ahora. El conde declara a Guts que lo liberará de su sufrimiento y lo devolverá justo a donde pertenece: el mausoleo de su "dios". Además, afirma que esto fue decidido desde el momento en el que fue marcado en su nuca, declarando que el ser humano no puede doblegar la "divina providencia". Guts se muestra abrumado ante estas declaraciones. El conde se abalanza contra Guts clamando que morirá con orgullo sabiendo que al menos pudo herirle. Guts es derribado con un golpe y, cuando estaba por levantarse, el conde lo agarra de su pierna izquierda y lo golpea contra un pilar y luego contra el suelo. Viendo que se rehúsa a soltar su espada, el conde lo estrella contra otro pilar, destruyéndolo. Puck observa con horror esto, quedando noqueado Guts por encima de los escombros, con su rostro herido y sus vendas salidas. El episodio concluye con el conde mofándose de Guts.
Personajes[]
- Guts
- Guardia del conde
- Dahl
- Conde
- Puck
- Vargas (como recuerdo)
- Theresia
- Zondark
- Secta pagana (mención)
- Esposa del conde (como recuerdo)
- Gerico (primera y única aparición)
- Mano de Dios (mención)
Curiosidades[]
- Este es el primer episodio del manga en el que Puck aparece con su diseño cómico de "Puck-castaña" (cuando se imagina como alimento). Aunque este diseño no se estandarizaría hasta Condena, volviéndose más gordo conforme pasan los episodios.
- Cuando Theresia relata el trasfondo de su familia, ella menciona a un rey. Sin embargo, se desconoce la nación a la que pertenece el condado (por entonces, naciones como Midland o Tudor no se habían establecido aún en Berserk).
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