Una de las cosas que más me ha llamado la atención desde que sigo Berserk es su ritmo errático en España. Es como si fuera una licencia maldita. Por supuesto, es algo que no sólo afecta a las traducciones (algo sobre lo que quizás escriba en algún momento), sino, y, ante todo, a los que coleccionen el manga. Los hay a los que no les hace ninguna gracia que de un día para otro se les cambie el diseño.
Escribo esto tras enterarme de que EDT se va a deshacer del manga que posee. Afortunadamente, parece ser que Berserk va a ser de las pocas licencias que conserve, pero, y aún así... Empezó siendo llevada por Planeta, pasó a Mangaline, y luego a EDT, que hace poco tuvo problemas en su momento con Glénat. Por no hablar de lo que quiera que pasase con la chapuza de Otakuland.
Si un año de estos acaba Berserk, juro que su historia daría para tomos y tomos.