"Aquel que caza dragones" (ドラゴンを狩る者 Doragon o Karu Mono?, titulado igual en las traducciones de Daruma Serveis Lingüístics para las ediciones de España de Glénat, EDT y Panini y en la traducción de Panini México y Argentina) es el episodio 94 del manga Berserk. Apareció en el número 01 de 1997 de la revista Young Animal, publicada el 27 de diciembre de 1996. Forma parte de la saga La Edad de Oro.
Argumento[]
Casca -que se encontraba dentro de la mina- siente dolor en su estigma por la presencia del apóstol perro. Este se desata frente a Guts y compañía, quienes se muestran atemorizados y confundidos. Guts les pide que retrocedan. Con un fuerte latido y ansia de matar, Guts con una agresiva sonrisa expresa que ha empezado con suerte. Sintiendo que su miedo desaparece, arremetiendo con una desconcertante expresión contra el apóstol. Guts hace retroceder al apóstol y lo derriba tajando parte de su rostro. Guts se pregunta si la reacción funcionará y, ante las preguntas de Godo, Guts responde con una sonrisa que es el primero de su cacería. El apóstol se levanta pero Guts rápidamente le cercena un brazo, confiando que con esa espada podrá matarlo. Sin embargo, Godo se muestra preocupado, ya que por más que es espada pueda matar cientos de hombres, no la hizo para matar "inhumanos". Guts abre el abdomen al apóstol, pero su espada se rompe y el apóstol utiliza sus intestinos para lanzarlo contra la puerta del almacén, destruyéndola. Herido y mareado, Guts se levanta con dificultad, sintiendo que no puede morir en ese lugar: de hacerlo, no tendría sentido haber sobrevivió entonces. Rickert índica a Guts que apunte al apóstol con su brazo mecánico y tire de la parte metálica hasta la base. Guts sigue los pasos, disparando el cañón desde la mandíbula del apóstol. Todos reaccionan con asombro, especialmente el herido Guts, aunque el disparo le dislocó el hombro. Guts se para frente a la Matadragones antes de que se le acercara el apóstol, tajando parte de su rostro con esta y empujándolo con fuerza fuera del almacén. Sin perder tiempo, Guts realiza el ataque letal definitivo, tajando por la mitad al apóstol. Con una sonrisa desquiciada, Guts dice a Godo que le mintió, ya que tenía algo mejor para su batalla. Godo se sorprende de que Guts pudiera empuñar y blandir la Matadragones y Erica -quien se mantuvo aferrada a Rickert- expresa que Guts le da un poco de miedo en ese momento. Rickert recuerda lo dicho por Godo sobre que los dragones son dragones porque los humanos no pueden matarlos, preguntándose qué es entonces un hombre que mata dragones.
Estando a punto de marcharse Guts, Rickert pregunta si no le dirá nada a Casca, lo que confirma Guts. Rickert opina que debería quedarse, ya que aunque le duela, la Banda del Halcón ya no existe y que en lugar de vengar a los muertos debería quedarse con Casca. Guts afirma que la Banda del Halcón sigue vigente y la guerra aún no ha terminado, pidiendo que cuide a Casca, su comandante, y que él como capitán de la tropa de asalto penetrará en el territorio enemigo. Mientras emprende su viaje sin rumbo y abandona el lugar, reflexiona que da igual la razón o motivo, sólo hay una cosa segura: algo tenebroso y tremendamente agresivo mora en su interior, siendo lo que le mantiene en pie y le insta a seguir adelante.
Personajes[]
Curiosidades[]
- La viñeta en la que se muestra la espalda del apóstol perro parece basada en la parte interior del cuadro "El Gran Dragón Rojo y la Mujer revestida en Sol", de William Blake.