"El momento prometido" (約束の刻 Yakusoku no Toki?, titulado igual en las traducciones de Daruma Serveis Lingüístics para las ediciones de España de Glénat, EDT y Panini y en la traducción de Panini México y Argentina) es el episodio 74 del manga Berserk. Apareció en el número 05 de 1996 de la revista Young Animal, publicada el 23 de febrero. Forma parte de la saga La Edad de Oro.
Argumento[]
Dentro de un carromato seguido de otros pertenecientes a una compañía de circo ambulante, se encuentra Rickert, notablemente deprimido. Al llegar a la frontera de Midland, Rickert baja y agradece a los viajeros su ayuda. El director del circo se preocupa por él, por lo que decide seguirlo antes de que este parta. Allí, le entrega el remedio secreto de ellos, que según, cura todo tipo de heridas y malestares como la fiebre o el dolor estomacal, haciéndole saber que parece que se desmayará en cualquier momento, a lo que el chico afirma no saber cómo agradecerlo antes de despedirse nuevamente. Las damas se cuestionan qué pasará con el chico, ya que lucía tan pálido que parecía muerto, especulando que quizás algo realmente aterrador le tuvo que haber pasado. Un elfo un tanto familiar observa desde un carromato a Rickert retirarse. Una anciana adivina pregunta al elfo si no va a despedirse del muchacho, respondiendo molesto que al segundo que lo vio, se asustó como si fuese un fantasma, que desde luego confirma que existen (añadiendo que especialmente en ciudades donde la gente no cree en esas cosas), y supone que Rickert es probablemente un niño rico de algún lugar acomodado de Midland. Entonces, la adivina decide ver el futuro de Rickert desde su bola de cristal, quedando atónita. El elfo pregunta qué sucede, proclamando esta que se trata de un presagio maligno: algo horrible está por suceder. Esta comenta que las estrellas se agolpan en el camino del muchacho, viendo una inmensa cantidad de "estrellas malignas" arremolinadas alrededor de una "gigante y blanca". Esta afirma que es Ketu (nota: estrella que según leyendas, asusta a las personas por las noches), pero se corrige, preguntándose si se trata de Rahu (nota: estrella que según leyendas, roba luz al sol o la luna para producir eclipses), afirmando que esta está siendo ocultada por un novilunio.
El elfo exige a la adivina que lo explique de forma más sencilla, pero esta continúa afirmando que jamás había visto una disposición de estrellas como esa, un signo de calamidad que podría envolver a una nación entera, o incluso al mundo entero. El elfo, más confundido que antes, juega con el reflejo de la bola y pregunta que si de verdad es tan malo, no deberían evitar entonces que el chico se vaya, lo que la adivina rechaza. Ella dice que, simplemente, no pueden, alegando que este tiene un papel que desempeñar y que él estuviera ahí es prueba de ello, su destino. La adivina explica que intervenir en el destino de los demás va contra sus creencias y que, aún así, los seres humanos no pueden hacer tal cosa. Las personas han de ser como son, especialmente en el caso de asuntos que conciernen al mundo entero. Concluye que ver un augurio como "bueno" o "malo" es un concepto humano, y que nadie puede medir los caminos de dios. El elfo entonces se pregunta para qué complicarlo cuando todo se resume en "lo que tenga que pasar, pasará". El elfo se retira del lugar al escuchar a las personas mencionar que algo pasa con el sol, haciendo caso omiso a la adivina, quien le decía que aún no había terminado. La adivina concluye que el que el elfo y el muchacho hayan cruzado caminos podría ser parte del gran plan de dios.
Fuera, Rickert observa el eclipse, teniendo un mal presentimiento sobre sus compañeros. La compañía observa el fenómeno celeste, parándose el elfo encima de la cabeza del director, lo que genera molestia en este, recalcándole al elfo, "Puck", que no se pose encima de las cabezas de las personas, asintiendo juguetonamente porque así no lo hará en su calva. Entonces, Puck apuesta ante la multitud que seguramente un gran dios o demonio los está observando desde ese "hueco" (el efecto que da el eclipse con la silueta de la luna sobre un anillo de luz).
Entretanto, el horror se ha encarnado en el terreno donde se ubicaba la Banda del Halcón. Guts se pregunta atónito qué ha pasado, mientras los demás se muestran aterrorizados. Corcus observa aterrado como los rostros en el terreno gimen de dolor, preguntándose si no estaban hace un momento en un prado, preguntándose a su vez si acaso están soñando o, sin saberlo, murieron. Casca pide que se calme, exclamando Corcus que cómo pretende que lo haga ante esa situación, exigiendo Casca que se calle. Acto seguido, exclama a las tropas qué no indaguen en lo que no comprenden y mejor hagan lo que puedan hacer, ordenando que se formen de modo que nadie quede solo. Así mismo, ordena a Guts a llevar en caballo a Griffith. Ante ello, Guts reflexiona sobre la firmeza de Casca, incluso en situaciones así. Al cargar de los hombros al Halcón y preguntar si puede levantarse, nota que su peculiar colgante está en su mano. Guts piensa en lo realmente extraño que es eso, asegurando que este no lo tenía cuando lo rescataron. Además, se pregunta por qué el beherit llora sangre, notando también que su forma es distinta. Entonces, se pregunta si el beherit es lo que alteró el mundo, notando después que Griffith también está llorando sangre. La Banda del Halcón se percata de que están siendo rodeados por las extrañas e inhumanas personas que vieron en el lago. Estos seres proclaman que el momento del gran festival nocturno y banquete que ocurre cada 216 años ha llegado, el Eclipse. Guts recuerda la palabra "eclipse" aterrado. Los apóstoles prosiguen, proclamando el advenimiento de los cuatro ángeles guardianes, emergiendo de los rostros una mujer voluptuosa.
Personajes[]
- Puck
- Rickert
- Compañía de circo ambulante (primera aparición (aunque fueron anteriormente mencionados))
- Adivina (primera aparición)
- Guts
- Banda del Halcón
- Corcus
- Casca
- Pippin
- Judeau
- Griffith
- Apóstoles
- Mano de Dios (mencionados con su alías)
- Slan