"Reunión en el abismo" (深淵の再会 Shin'en no Saikai?, titulado igual en la traducción de Panini México y Argentina; y "Reencuentro en el abismo" en las traducciones de Daruma Serveis Lingüístics para las ediciones de España de Glénat, EDT y Panini) es el episodio 54 del manga Berserk. Apareció en el número 06 de 1995 de la revista Young Animal, publicada el 10 de marzo. Forma parte de la saga La Edad de Oro.
Argumento[]
Guts y compañia observan a Griffith tirado en un estado deplorable: desnudo excepto por un casco puesto con un candado, desnutrido y con laceraciones que llegan a dejar huesos y tejidos de su espalda, pecho, brazos y manos al descubierto. Todos quedan horrorizados, especialmente Guts, quien se apresura en levantarlo. Guts observa a detalle el cuerpo del Halcón, notando que los tendones de sus manos y piernas fueron cortados al igual que su lengua. Guts urge a Casca a entregarle las llaves, pero esta queda paralizada por el impacto. Antes de poder actuar, Judeau toma la llave por ella ante la exigencia de Guts. Al retirar el casco al Halcón, Judeau y Guts quedan aún más horrorizados. Los demás intentan acercarse a ver, pero un furioso Guts les pide que retrocedan, colocando rápidamente el casco al Halcón. Con la voz quebrantada, Guts no se puede creer que ese destrozado hombre sea el Halcón Blanco. Griffith abre los ojos, siendo lo primero que ve la cara de lástima de Guts. Guts y Judeau se percatan del ruido que hace Griffith al intentar hablar, procediendo el Halcón a postrar su mano en el hombro de Guts. En ese momento, Judeau se percata que Griffith intenta estrangular a Guts al postrar su mano en el cuello de este. Guts, quien retira el brazo del Halcón para abrazarlo y romper en llanto, no lo nota. Ante ello, Griffith parece decir algo en su mente, cambiando su gesto y dejando caer su mano por encima de la de Guts. Una también abatida Charlotte se intenta acercar, pero Pippin no se lo permite, pidiendo esta que le expliquen qué pasó con el Halcón. Casca sufre un ataque de taquicardia, hiperventilándose.
El torturador llega y cierra la puerta, expresando entre risa que ya fue más que suficiente. Ante el susto de la princesa, el torturador -nervioso- se presenta, diciéndole que no tenga miedo, admitiendo que él fue quien infligió esas lesiones. Por otro lado, afirma a los infiltrados que no podrán escapar, mofándose de haberlos encerrado. Añade que llamó a los soldados y que pronto vendrán por ellos, pidiendo que se rindan y queden quietos hasta entonces. Emocionado, concluye que tendrá nuevos "cuerpos" y el rey le felicitará. Guts se levanta, preguntando al torturador si fue él quién le hizo aquello al Halcón. El torturador -nervioso- responde que es inútil enojarse, ya que la puerta es cuatro veces más resistente que una normal, afirmando que no se derribaría ni al golpearla con un martillo. Además, aclara que el rey dijo que podía hacer lo que quisiera y eso hizo, diciendo -dirigiéndose a la princesa y su criada- que entonces no es su culpa. Con un tono burlón y sádico, confiesa que nunca había tenido a alguien tan hermoso como él durante el ejercicio de su trabajo, declarando que se esforzó en torturarlo. Primero, para evitar que huyera, cortó los tendones de sus brazos y piernas, y además, siempre que este no estuviera comiendo o durmiendo le arrancaba la piel y las uñas. También detalla que utilizó hierro caliente y agua hirviendo. Añade que pasaron tiempo juntos ese año como si fueran "un matrimonio", afirmando que también lo asistió médicamente para que no muriera. Por ello, declara que ahora son "inseparables". Por si fuera poco, expresa que, cuando se es un torturador profesional como él, la belleza no es solamente lo superficial. Explica que, al pelar la piel, puede apreciar la belleza de los músculos y vasos sanguíneos también. Expresa que estaba muy conmovido, relatando de forma inconclusa su reacción al ver el músculo rosado que se asomó a él desde la herida cuando le abrió su "hermoso rostro", glorificando su piel y carne como la mejor de entre cientos, o mejor dicho, miles. Luego, exhibe su amuleto de buena fortuna, el cual es un colgante con la lengua del Halcón, procediendo a lamerla. Guts, que había mantenido un gesto serio hasta entonces, enfurece y destruye la puerta pese a lo dicho por el torturador, quien termina estocado por el hombro. Mientras lo levanta con su espada, Guts le dice que no irá al cielo con dos lenguas, sacando un cuchillo y cortándosela a la mitad. Con disgusto, le dice que su aliento apesta demasiado y que irá al infierno, dejándolo caer al abismo de la torre ignorando las súplicas de este mientras caía llorando. Al instante, una flecha impacta cerca de Guts: han sido rodeados por guardias. Apoyados por ballesteros, ordenan al grupo a rendirse. Charlotte ofrece a Casca ayudarle de algún modo, pero Anna le insta a no hacerlo. Casca, preocupada, nota que un furioso Guts tiene todas las intenciones de combatir.
Personajes[]
- Guts
- Griffith
- Judeau
- Pippin
- Casca
- Charlotte
- Anna
- Torturador de la Torre del Renacimiento
- Rey de Midland (mencionado)
- Guardias de Midland