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Este artículo contiene spoilers.


Berserk- El Caballero del Dragón de Fuego

Berserk: El Caballero del Dragón de Fuego ("Shōsetsu Berserk Honō Ryū no Kishi" en japonés) es una novela ilustrada por Kentaro Miura y escrita por Makoto Fukami, que también trabajó en Berserk (2016). Su fecha de publicación en Japón fue la misma que la del tomo 39 en Japón, el 23 de junio de 2017.

A fecha 9 de junio de 2018, Panini Cómics España afirmó en su cuenta de Twitter oficial que la edición "no estaba prevista en ese momento". Sin embargo, anunció el día 29 de marzo de 2019 que sería publicada el 27 de junio del mismo año.

Narra la histodia de cómo Grunbeld y varios amigos suyos fueron hechos prisioneros por las fuerzas de Tudor y de cómo se convirtió en un guerrero legendario.

Argumento[]

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La historia comienza in medias res, con un general llamado Kirsten encontrando cadáveres alrededor de una torre de vigía cercana al Nido del Dragón, la fortaleza más importante de su nación, el Gran Ducado de Grant. Alguien está asesinando a mujeres jóvenes y hermosas de modos horrendos, dejándolas colgadas en la zona. Al parecer, el asesinato podría haber sido perpetrado por alguien de la nobleza, por lo que busca realizar una investigación en secreto. Es entonces cuando la historia retrocede catorce años.

Capítulo 1[]

El Gran Ducado de Grant es una nación insular volcánica al noreste del continente que se encuentra bajo la amenaza de una invasión de Tudor desde hace más de 14 años. En esta nación existe la leyenda de un terrible dragón y una doncella que se sacrificó a él por el bien del lugar hasta que una serie de guerreros fueron a salvarla, ante lo que el dragón se despeñó, creando un volcán. En él vive un cazador adolescente corpulento y pelirrojo llamado Grunbeld Ahlqvist, cuyo padre murió en batalla tiempo atrás. Su madre Euphemia, perteneciente a la depuesta nobleza, fue quien le enseñó a usar la espada. Un día, tras una pelea en la que es dado por muerto y abandonado en el bosque, conoce a Benedicte, una niña ciega que vive en el bosque con un lobo gris llamado Ludwig. Viendo "con el corazón", Grunbeld se asemeja a un gran objeto rojo, por lo que se refiere a Grunbeld como "dragón". Crípticamente, y tras llevar al joven malherido a un manantial para curar sus heridas, la niña profetiza que el cazador un día se convertirá en un "dragón muy poderoso" capaz de hacer arder a sus enemigos y con escamas que "detendrán el avance de sus afiladas hojas" como el dragón legendario que vivía en el bosque hasta que se sacrificó junto a una doncella. Es entonces que los dos entablan amistad. Días más tarde, el pueblo en el que vive Grunbeld es ocupado por Tudor, un acto que también desemboca en el asesinato de los sirvientes de su familia, la violación y muerte de su madre -siendo él forzado a verlo- y la captura de Grunbeld junto con otros jóvenes del lugar tras una batalla.

Así, el cazador es mandado como prisionero de guerra al Fuerte Chester, una fortaleza tomada por Tudor, con el fin de ser adoctrinado para servir a Tudor, su emperador y aceptar la doctrina de la Santa Sede. Está allí cuatro años, en los que conoce a la noble Sigurd y a Edvard, candidato al trono de Grant. Mientras esperan ser rescatados, reciben entrenamiento militar por Abecassis, un general que no muestra piedad por los jóvenes a su cargo. Cuando se observa que Grunbeld se resiste, es forzado a un duelo contra un oficial como castigo. Sin embargo, Grunbeld sale victorioso y destroza al oficial, que había sido el soldado que violó y mató a su madre. Es por ello que Sigurd es torturada y violada.

Pasan cuatro años. En uno de los entrenamientos a los que son obligados, Abecassis planea que Grunbeld luche en un viejo coliseo -ahora zona de entrenamiento- contra un enorme tigre. Edvard sugiere que la lucha ocurra de noche. Para afrontarla, se le da a Grunbeld un martillo de guerra demasiado pesado para ser siquiera levantado, un antiguo adorno en un templo derruido encontrado por las fuerzas de Tudor. Ya en el coliseo, Edvard comienza su plan: usar las antorchas que iluminan el lugar para distraer el animal. Grunbeld la remata dejando caer el martillo sobre la bestia. Tras la pelea, Grunbeld encuentra un beherit en sus restos, llevándolo desde entonces como pulsera. Justo cuando Abecassis ordena que los jóvenes sean asaeteados, un grupo de Grant toma el lugar. Abecassis escapa y el hombre a la cabeza de la incursión, el general Kirsten, explica que requerían permiso de la realeza de Grant para atacar.

Ya en las celebraciones, se descubre que Edvard es hijo de Haakon, el Gran Duque (quien, pese a lo ocurrido, no habla mucho, lo que enfurece a su hijo), y que Benedicte es una de las sacerdotisas de Grant. Kirsten toma a Grunbeld como su protegido. Tras las celebraciones, Benedicte y Grunbeld conversan en el manantial.

Capítulo 2[]

14 años después, y armado con un martillo de guerra que ninguna persona normal podría blandir, Grunbeld comanda a los Caballeros del Dragón de Fuego, un ejército de 3000 efectivos también conocido como "escuadrón Grunbeld". Edvard es su segundo al mando y Sigurd lidera a la unidad de infantería pesada de apoyo. Durante las batallas contra Tudor, y pese a que se considera un elemento obsoleto, Grunbeld ha de ir en un carro de combate tirado por ocho caballos debido a su gran peso al portar una armadura. Tras una batalla, el guerrero conversa en un templo con Benedicte sobre el beherit.

Por su parte, Haakon es asaltado por los celos debido a cómo los éxitos de Grunbeld le han hecho popular. Como forma de aplacar su rabia, tiene una joven secuestrada a la que viola y tortura en una habitación secreta. Él es el responsable de los asesinatos narrados en el prólogo, siendo apoyado por una organización de asesinos. Estos atrapan un espía enemigo que afirma que Tudor prepara un enorme ejército para aplastar el ducado.

Capítulo 3[]

Mientras celebran la última batalla, Kirsten habla a Grunbeld sobre los recientes asesinatos. De noche, Haakon se encuentra con Abecassis en un barco en el mar. El mensaje de Abecassis es claro: Tudor desea que Haakon les ofrezca Grant a cambio de riqueza y un puesto de honor en el imperio. Haakon decide que sea su hijo quien mate a Grunbeld, de quien se rumorea que querría abdicar en él. Por ese entonces, Edvard también era presa de los celos debido a cómo Grunbeld era quien recibía los halagos pese a su trabajo. Por si fuera poco, se rumoreaba que su madre, Fulda, deseaba ser la amante de su colega.

Entretanto, Benedicte es víctima de un intento de asesinato, del cual Sigurd hace buena cuenta despachando a los asesinos. La persona que lo había ordenado no era sino Fulda, que había finalmente seducido a Grunbeld y estado a punto de tener relaciones sexuales con él. Loco de ira, Edvard la estrangula hasta que muere e intenta hablar a Grunbeld sobre ello mientras Sigurd le comentaba lo ocurrido a Benedicte. De repente, un grupo de asesinos se llevan a Edvard hacia los aposentos de su padre, quien le felicita por matar a su madre y así parar las posibilidades de que Grunbeld llegara al trono. Afirmando que es digno de ser su heredero, le insta a matar a su superior.

Capítulo 4[]

Mientras Benedicte predice el futuro de Grunbeld, Sigurd aparece y trae las noticias de la llegada de un emisario de Midland con el que se desea discutir una alianza entre Grant y su país. Cuando el guerrero parte, el templo de Benedicte es atacado por Edvard y Matheus, el jefe de los asesinos. Gracias al lobo Ludwig, las jóvenes escapan. Al mismo tiempo, Grunbeld es también atacado por soldados de Tudor dirigidos por Abecassis, que escapa gravemente herido. Al llegar a su fortaleza, encuentra a Benedicte y Sigurd, asaeteadas y casi muertas. Cuando Benedicte confirma a Grunbeld la traición de Edvard, cae en la cuenta de que tanto Tudor como Grant les está atacando, y sospecha de Haakon. Edvard aparece y afirma que está al mando de la fortaleza ahora que Kirsten yace muerto, habiéndose suicidado para no caer en manos enemigas. A sus espaldas, aparece Abecassis con sus soldados. Pese a estar rodeado, Grunbeld se defiende hasta que, mientras Edvard se dispone a dar el golpe de gracia con los cañones, Benedicte muere diciendo "Encuentra al halcón de la luz - ese es tu destino". Es en este momento desesperado en el que el beherit se activa mientras Grunbeld exclama "Quiero seguir luchando".

Nubes oscuras rodean al guerrero y los cuatro miembros de la Mano de Dios se presentan en el vórtice, ofreciendo cumplir su deseo. Cuando Grunbeld pregunta cuál es el precio a pagar, se abre un hueco por el cual se ve a Edvard asaltando a Sigurd, y le urgen a sacrificar lo que es más preciado para él. Dado que Benedicte está a punto de morir y Sigurd va a ser violada, realiza su sacrificio. Edvard, Sigurd y Benedicte son marcados con el Estigma del Maldito. Ya como Apóstol, Grunbeld come a Edvard, hace arder a Abecassis tras romper sus extremidades, elimina a las fuerzas de este y se dirige a los aposentos del duque para cobrar su presa.

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Grunbeld se dirige a Midland unos años después para encontrar al halcón de luz del que habló Benedicte.

Galería[]

Curiosidades[]

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